La boina es un sombrero clásico originario de la región de los Pirineos que ha sido un símbolo de estilo y cultura a lo largo de los siglos. A menudo asociada a los artistas, revolucionarios y a figuras militares, la boina no es solo un accesorio de moda, sino también una pieza rica en historia, costumbres y tradiciones.
En esta entrada exploraremos las partes que componen la icónica boina y como cada una de ellas contribuye a su encanto único.
¡Comencemos!
Es la parte principal de la boina. Es la superficie de tejido superior de forma redonda que cubre la cabeza.
Cuando se teje con hilos de lana la parte superior de la boina llamada cuerpo o corona, queda un agujerillo en el centro del tejido llamado “coronita”. Este agujero en el tejido se cierra tejiendo esta protuberancia o “rabillo” tan característico de las boinas, su detalle más icónico.
Es el vuelo de la boina, la parte que se apoya en la cabeza.
Es la tira de cuero o material sintético que la boina lleva a modo de refuerzo en su interior, donde acaba el vuelo. La badana permite una mejor ajuste y mayor comodidad. Además, hace que se mantenga mejor la forma de la txapela. La calidad de la badana es un indicador de la calidad general del sombrero.
Hasta aquí las cuatro partes principales que conforman la estructura de una boina. Para completarte el informe te contaremos que también existen partes accesorias, de acabado o de tallaje. Estas son:
Es la etiqueta tejida o impresa que va adherida al forro interior.
Tela suave, ligera y transpirable de viscosa o rayón fijada en el interior de la txapela. En caso de que se trate de una txapela bordada, el forro cubre la parte posterior de los bordados mejorando el acabado y presentación del producto.
Es el perímetro de la cabeza. Antes de escoger una talla de boina para vestir debemos medirnos el perímetro de la cabeza y hacerlo coincidir con la entrada.
Mira en un vídeo (menos de 1 minuto) más gráficamente todas las partes de la boina:
