No hay productos en el carrito.
La boina, hoy multicolor, ha sido tradicionalmente blanca, roja, azul y negra. A finales del Siglo XIX acabará siendo la txapela negra la que se generalice con el auge de la industrialización.
En la actualidad, la boina roja se utiliza como vestimenta festiva en Iruñea y Baiona. Esta es la txapela que distingue a dantzaris y tamborileros del folclore vasco. Pero también es la que identifica a la ertzaintza que mantiene el tocado de sus predecesores forales.
La boina azul, que en el Siglo XIX fuera, quizá, la mas utilizada a ambos lados de los Pirineos, cayó en desuso, aunque aún hoy es elegida por aquellos que pasean sus años con coquetería por calles y plazas.
La boina negra sigue siendo la más utilizada entre quienes la han llevado tradicionalmente como parte de su atuendo. En su talla más grande, de 16 pulgadas (36 o 37 cm aproximadamente) se utiliza como trofeo txapeldun en competiciones deportivas o para ir a San Mames.
Más allá de los colores y su identificación, la txapela ha trascendido hasta alcanzar el reconocimiento de icono cultural vasco. No puede faltar allí donde haya un frontón de pelota, una vuelta ciclista, un torneo de triatlón, un desafío de bertsolaris, un campeonato de sokatira, y tantos otros deportes propios de nuestra cultura y tradiciones. La txapela se entrega al txapeldun, que es quien tiene el honor de portar el sombrero como reconocimiento de su gesta. Así es que la txapela simboliza reconocimiento, es un trofeo, un recuerdo de la hazaña realizada, pero también es un recuerdo de acontecimientos culturales y sociales vividos. La txapela encarna valores emocionales y sentimientos profundos. Quienes bordamos txapelas sentimos ese compromiso y responsabilidad. Detrás de nuestras txapelas y bordados siempre hay personas que esperan que nuestro resultado sea único, especial, porque su momento es único y especial.
